
Hace exactamente 365 días fue la última aparición de Tiger Woods. Esa fue en el Wyndham Championship, torneo que se acaba de jugar y que se coronó Si Woo Kim.
Justamente en ese torneo la locura estaba desatada el 23 de agosto de 2015. Es que el californiano estaba a tres del puntero en la última ronda. Se calculaba que 20 mil personas seguían su salida.
Finalmente acabó T10 y desde ese momento han sido los 365 días más raros del golf. Tiger nunca más apareció y tampoco se sabrá cuándo volverá. Primero se descartó para el Masters, después en Oakmont y luego en Royal Troon. Hasta que se cumplió un año y esto es peculiar para este deporte, si es que no triste.
«Es difícil hacer caso omiso de que el mundo del golf es un poco diferente, un poco más tranquilo sin él«, dijo Graeme McDowell para Golf Channel.
Mientras que Billy Horschel, fiel admirante, confesó que: «Ves torneos que está acostumbrado a jugar como en San Diego y habían multitudes recibiéndolo, pero ahora ya no es lo mismo. Es decepcionante que no esté jugando, porque no se siente la energía», dijo también para Golf Channel.
Horschel siguió: «Tiger sigue siendo el mayor atractivo en nuestro juego. Nadie más se compara con él«. Mientras que su agente Mark Steinberg, también para Golf Channel, dijo a principios de este mes que «él y yo hemos discutido extensamente un plan para el regreso».
Todo lo que quedan son recuerdos. Pero todavía existe la esperanza ferviente de que Woods volverá a la acción y sería un escándalo deportivo si lo hace a lo grande.
En algún momento, esa energía reaparecerá. Mientras, aunque haya pasado un año, permanece dando vueltas en cada torneo del PGA Tour.